El dolor del pueblo japonés es también el nuestro. Las poderosas fuerzas telúricas son capaces de destruir las ciudades, y las esperanzas. A los terribles efectos del gran sismo, con un tsunami devastador, se une ahora el temor a una nube radiactiva que podría extenderse desde la maltrecha central nuclear de Fukushima. Esperemos que la sakura, la flor del cerezo, inunde esta primavera los parques japoneses con sus flores rosadas.
Pronto ha de llegar la primavera ...
[Sakura, flor de cerezo. Imagen procedente de www.japanxtreme.net]
No hay comentarios:
Publicar un comentario